El pellizco
Anna Gomà protagoniza Gitana en el Espacio Garage Lola
Naima, una joven gitana que quiere ser cantante de ópera. Y Solea, una madre que intenta imponer su voluntad sostiendo las raíces como argumento de peso. Y un discurso sobre los muros, los del intelecto y los de nuestra mirada, que no nos dejan ver lo mucho que nos une y nos acerca.
Gitana es el título de la última producción del Espacio Garage Lola, con dirección de escena e idea de Emiliano Suárez, con texto de Pedro Mari Sánchez y con la mezzosoprano Anna Gomà como protagonista.
Emiliano Suárez acierta una vez más proponiendo un formato alternativo, en el que la lírica, el flamenco y la canción popular se encuentran de una manera fluída y natural. Con el firme acompañamiento musical de Miquel Ortega al piano, la propuesta alterna fragmentos de ópera y zarzuela de indudable aire gitano con algunas intervenciones de flamenco, con la voz, el baile y el desparpajo de Rosa Linero.
Anna Gomà sostiene sobre sus espaldas el grueso de la función, exhibiendo un instrumento de sonoridad fácil y color grato, desahogada en los extremos y con un centro muy presente. En su voz se escucharon ‘Mon coeur s´ouvre á ta voix’ de Samson et Dalila, la ‘Canción de la gitana’ de La chavala de Chapí, la ‘Canción de la gitana' de La alegría del batallón, ’Stride la vampa’ de Azucena en Il trovatore de Verdi, ‘Pobre chica’ de La Gran Vía, ‘Bendita cruz’ de Don Gil de Alcalá, la Habanera de Carmen… Un auténtico tour de force, un recital en toda regla, en el que Anna Gomà no pudo dejar mejores impresiones vocales y escénicas.
Sorprendió igualmente la desenvoltura vocal de la cantaora Rosa Linero, con un timbre y un hacer que piden a gritos que alguien programe ya con ella El amor brujo de Falla.
En conjunto, pues, una propuesta sin fisuras y con un mensaje de fondo muy bien tirado acerca de de la libertad y los miedos, sobre la vocación y los prejuicios. “El arte es para todo el mundo -dice Naima en una de sus intervenciones-. Luego cada cual lo expresa según su condición; cada uno es de su padre y de su madre”, apuntala. Y Solea le reprocha entonces: “Ya, pero ¿y el pellizco?¿Y el duende?¿Y el cante por derecho?”. Esta ‘Gitana’ nos cuenta precisamente que el pellizco está al alcance de todos, sea cual sea su origen, sea cual sea su condición.