© May Zircus
Bernat Vivancos: "Creo en la vivencia de la música, y en la sinceridad"
Bernat Vivancos es uno de los compositores más relevantes del panorama peninsular, especialmente en lo que respecta al campo de la música coral. Pocos creadores pueden presumir de una producción tan extensa de música sagrada y espiritual y al mismo tiempo de haber trabajado con Rosalía o Jennifer López.
La tercera edición del Festival Perelada de Pascua acogerá, este 18 abril, el estreno absoluto de sus Responsorios de Semana Santa, con el Latvian Radio Choir; una ocasión perfecta para redescubrir a un creador incansable y fiel a sus principios, cuya personalidad musical está marcada por la centenaria Escolanía de Montserrat, y por sus vivencias en París y en Oslo.
Nos recibe en su antiguo estudio, un piso con vistas a la playa barcelonesa, donde el himno Ave Maris Stella, que decora suelo y techo, saluda cada mañana al Sol a través del mar.
Lleva usted muchos años enseñando música. ¿Cómo compagina la docencia con la composición?
Sí. Hoy en día es muy difícil vivir únicamente de la composición, aunque así ha sido desde siempre. Es importante tener una estabilidad. Pienso en Messiaen, por ejemplo, que compaginaba su puesto de organista con la composición. Cuando vivía y acababa mis estudios en París, tuve la suerte de ser aceptado como profesor en la ESMUC, más o menos cuando se inauguró el centro. Era todavía estudiante cuando mi profesor de orquestación, Marc-André Dalbavie, al que yo trataba con sumo respeto, me llamó “camarada”, al ser ya oficialmente, profesor, algo que me impactó mucho. Al volver a Barcelona, aprecié la riqueza de aprender enseñando a los alumnos, lo cual es para mí un regalo. En lo que respecta al tiempo, la enseñanza y la composición pueden compaginarse bien.
En su amplio catálogo encontramos piezas orquestales, de cámara, para instrumento solo, y también para electrónica mixta. Sin embargo, el área de música coral es mucho más extensa que las otras. ¿Por qué le atrae tanto la composición coral, y especialmente, el ámbito religioso?
A veces me ponen la etiqueta de compositor coral, lo cual no me molesta. Incluso cuando compongo para orquesta, pienso en una escritura coral, en cuanto a “masa” y texturas. Todo ello me viene por la Escolanía de Montserrat. Entré a los diez años y salí a los catorce. El formar parte de un coro que cada día canta en la basílica, con un repertorio tan bello, es algo que me cultivó. Ahí se coció todo. ¿Por qué hago música coral? Porque la he vivido, y porque creo en la vivencia de la música, y en la sinceridad. Hago la música que sale de mí. Por otro lado, mi padre también es organista.
Este verano se estrenó Three Universal Prayers (Tres Oraciones Universales) en Alemania y en las pasadas semanas, se interpretó Salve Montserratina en el Palau de la Música Catalana. También se interpretó su Le cri des bergers (El grito de los pastores) con el Coro Nacional de España, y su Magnificat Brevis en Montserrat. Regularmente, se interpretan obras suyas tanto en territorio nacional como en el extranjero. ¿Cree usted que ha alcanzado la madurez musical y ahora ve los frutos por tanto trabajo?
Sí, creo que ahora los recojo, porque creo mucho en el trabajo constante. En cuando a la madurez, no, porque no creo en ella. Yo creo que, si esta pregunta me la hubieras hecho veinte años atrás, o me la hicieras de aquí veinte años, te contestaría lo mismo. En este sentido, para mí, la madurez es lo que compuse ayer, desde el punto de vista vivencial. Me refiero a que hace veinte años componía unas cosas en función de lo que sabía hacer. Ahora, y dentro de veinte años, también. No me gusta mucho ese concepto, porque implica de alguna manera el “ya saberlo todo”, y no me siento así en absoluto. Voy haciendo y probando cosas día a día.
¿Por qué es importante mantener viva la música religiosa?
Te responderé por qué es importante para mí, como creador y como humilde creyente. Como compositor creo mucho en la sinceridad. Yo creo que ese regalo gratuito de fe que he recibido me da la oportunidad de escribir sobre textos en los que creo, y en los que me siento cómodo, y por ello son parte importante de mi producción, asimilando ese mensaje que me gusta transmitir.
Creo que cuando el público escucha la obra de un compositor, no es tanto el que deba amoldarse a su música, que puede gustarnos más o menos según su estilo, sino el de abrirse a su sinceridad. Creo que un compositor debe ser sincero, porque entonces habrá verdad en su música. Impostar y prostituirse musicalmente, para mí no es válido. Hemos de ser sinceros y hacer lo que sale de nosotros. Creo en la novedad, pero sobre todo en la sinceridad.
¿Entonces cree que hay que ser creyente para componer música religiosa?
En mi opinión sí, pero ello no implica que si algún otro compositor no creyente hace música sobre un texto religioso, como un magnificat, no lo vaya a respetar, al contrario, porque su música podría ser igualmente muy espiritual.
En Three Universal Prayers, obra encargada por el Kastellaun Music Forum, propuse musicalizar un texto budista, uno bahaí, y uno cristiano. Hablaban sobre la belleza, el amor y la naturaleza. De hecho, en marzo, me propusieron una continuación de esas tres plegarias, incluyendo el judaísmo y el islam, lo que lo convertirá en una obra basada en textos de cinco religiones. La música tiene el poder de traspasar fronteras y etiquetas y es un lenguaje universal.
El mensaje musical puede ser muy bello e importante, aunque uno no profese, en este caso, por ejemplo, la fe bahaí o la budista. Por tanto, nunca le diré a nadie que no puede hacer un avemaría.
"CREO QUE UN COMPOSITOR DEBE SER SINCERO, PORQUE ENTONCES HABRÁ VERDAD EN SU MÚSICA"
Usted se ha formado en París y en Noruega. Cuando hablamos de música coral contemporánea, resulta difícil no mirar hacia los países bálticos y escandinavos, por su tradición vocal, su espiritualidad, sus paisajes... ¿Hay algo de eso que le haya influido?
Sí, me ha inspirado mucho, especialmente a partir de conocer todo eso de primera mano, cuando fui a Oslo a estudiar con Lasse Thoresen. A veces escuchamos la obra de un compositor y eso nos abre una ventana, y en mi caso, la música alemana por ejemplo, no me llamó tanto la atención. Son países con una naturaleza extraordinaria, y la respetan mucho. Esos lagos, esas montañas, esa nieve... y eso también inspira, por lo que la relación con la naturaleza es muy fuerte. También diría que los países del norte han sido muy independientes, quizá más que en el resto de Europa a nivel de creación, en el sentido que los compositores bálticos y escandinavos han sido muy libres de hacer lo que creían. Arvo Pärt, por ejemplo, ha hecho lo que ha querido, y eso tiene mucho valor. Son compositores muy sinceros.
Escuché música de Lasse Thoresen, me sedujo y fui a estudiar con él. Una vez ahí, ves el ambiente y la gente. A las cuatro ya es oscuro, pero en cambio la luz del día es muy clara. Cuando iba a pasear por esos lagos, y veía esa agua tan plana y tan transparente, y luego escuchaba esa música, me di cuenta de que aquello era real, verdadero. Esa música era sincera. Como compositor catalán y español, me ha influido mucho la música del norte, pero también soy mediterráneo, y aquí tenemos sol, y mi música, por tanto, no es tan reservada, de hecho, a veces es bastante potente en ciertos momentos.
En su Misa para la paz figuran alusiones al conflicto entre Rusia y Ucrania (así como fragmentos de su Florecen las espinas, basada en una canción ucraniana). ¿Cree que la música, y especialmente la religiosa y la contemporánea, deben reflejar aspectos y preocupaciones de la actualidad?
Para mí sí, siempre y cuando, y volviendo a lo comentado antes, las intenciones del creador sean sinceras. Los músicos no somos espantapájaros ni marionetas, tenemos criterio y valores. Debemos ser valientes y si hace falta, tomar partido en ciertas cuestiones, a pesar de que a veces ello pueda llevar a problemas. Pero insisto, no se trata de hacerlo por quedar bien, sino de hacerlo porque uno realmente lo cree. Hace algunas semanas, murió Sofiya Gubaidúlina, una compositora que siempre tuvo el régimen en contra y fue muy valiente. Vivimos en una sociedad libre y también podemos expresarnos musicalmente.
Esta Semana Santa llega tarde, pero imagino que tiene ganas de escuchar el estreno de sus Responsorios de Semana Santa en la edición de Pascua del Festival Perelada. Dice que esta historia le retrotrae a Tomas Luís de Victoria y su adolescencia, cuando formaba parte del coro de la Escolanía de Montserrat.
Cuando formaba parte de la Escolanía canté y grabé los Responsorios de Semana Santa de Victoria. ¡Imagínate, llegas ahí de niño, y con once años grabas una obra compuesta por el gran maestro de la polifonía, nada más y nada menos!
¿De dónde viene este encargo?
Esta obra que escucharemos en Perelada se remonta a cuarenta años atrás. Yo era de los más jóvenes del coro, y el admirable Ireneu Segarra, director entones, se dirigió a algunos de nosotros y nos dijo que, por nuestra voz y nivel, podríamos participar en esa grabación. El cantar y grabar una música tan inspirada, tan sagrada y tan perfecta, es algo que siempre me ha marcado. Por ello siempre he querido componer mis propios responsorios. Hace muchos años compuse tres, pero ahora tengo otros nueve, recientes, que se estrenarán durante el festival y luego grabaremos en un disco. Componer y estrenar esta obra en el Festival de Perelada es realmente el cumplimiento de un sueño de niño. Evidentemente, me estoy espejando con el “Messi de la música”... (risas) Yo he hecho lo que he podido.
Ha sido una obra que me ha inspirado mucho. Sobre todo porque creo que Victoria trata el texto de manera muy sagrada. Cada palabra, cada frase, tienen un significado musical. Eso es lo que yo he intentado también hacer en mis responsorios, evidentemente con mi lenguaje; dar significado musical a aquello que se está narrando, y nunca tratar el texto de manera superflua.
El de Perelada se ha convertido en toda una institución como festival de verano. No es la primera vez que participa en él. Nuria Rial interpretó una obra suya en su homenaje a Victoria de los Ángeles en la edición de verano de 2023. ¿Por qué cree que es importante que se celebre una edición en Pascua?
He participado en el festival en diversas ediciones. Yo creo que el Festival de Perelada de Pascua tiene su propio carisma, y no es una continuación del de verano, sino algo diferente, y realmente, tal como lo han enfocado, tiene mucha personalidad. Creo que es muy importante celebrarlo en esas fechas y le deseo mucha vida, porque le veo mucho potencial. En mi caso, representa algo muy especial ya que mis responsorios se estrenarán en Viernes Santo (18 de abril) en una iglesia. Por lo tanto, todo confluye. No es como estrenar la obra en un teatro en cualquier lugar, sino que se interpretan “el día que toca”, en un templo, por lo que tiene mucho de sagrado. Si a eso le sumamos que quien lo interpreta es el Coro de la Radio de Letonia, uno de los mejores del mundo, resulta que tenemos un cóctel explosivo. Unas condiciones realmente idóneas.
Usted anteriormente ya había colaborado con el Latvian Radio Choir. ¿Cómo es trabajar con ellos y qué espera del conjunto de Sigvards Klava?
Después del estreno del Festival Perelada también se interpretará en Riga, Letonia, donde finalmente se grabará con el sello Neu Records, siendo este el tercer CD en colaboración con este conjunto, tras Blanc (2011) y Requiem (2015). Klava, que es un gran director y un gran músico y quería que la obra pasara por varios conciertos antes de grabar, ya que es muy diferente hacerlo dependiendo de si el conjunto ya conoce la pieza o no.
Puedo afirmar que es sin duda uno de los mejores coros del mundo, sobre todo, para cantar música contemporánea. Ya tengo experiencia con ellos. Han interpretado mi música en muchos conciertos, han estrenado muchas de mis obras y hemos grabado dos discos. Veo cómo trabajan, cómo ensayan, y veo el resultado. Es mágico. Un intérprete o una agrupación puede hacerlo digno, bien, o extraordinario. Pero los de Klava hacen magia. Y eso es muy difícil tratándose de un coro. Solamente con la vocalización y el calentamiento durante la grabación de Blanc, me quedé maravillado.
¿Diría que sus Responsorios de Semana Santa es una obra difícil?
No es de la espectacularidad del Requiem o del Blanc, en el que hay una obra dieciséis voces, sino que aquí me he concentrado en una escritura más modesta, a seis, porque también los textos me pedían humildad, sin parafernalia. ¿Difícil de interpretar? Muchísimo. El mismo Klava me dijo que “leer o interpretar mi música no es difícil, pero el hacerlo muy bien, sí lo es”. Por ello el director del coro insiste en interpretar la pieza varias veces antes de grabar, y así poder hacer algo más que cantar meramente las notas.
"COMPONER Y ESTRENAR ESTA OBRA EN EL FESTIVAL DE PERELADA ES REALMENTE EL CUMPLIMIENTO DE UN SUEÑO DE NIÑO"
Comparado con otras obras de cierta envergadura como su Réquiem, o su Misa, ¿cómo ha sido el proceso de composición de sus Responsorios de Semana Santa?
Es más esencial que otras de mis composiciones. Volviendo a Victoria, él escribe para cuatro voces, así que, también he intentado escribirlos bajo una cierta idea de austeridad. Me planteé qué podía hacer yo únicamente con seis voces, sin policoralidad, sin resonancias, ni recursos de ese tipo, que ya he usado en obras anteriores. Busqué la esencia, y eso para un compositor, aunque parezca lo contrario, es muy difícil.
Recientemente se ha iniciado en el mundo cinematográfico. ¿Tiene interés en embarcarse en géneros escénicos como la ópera? ¿Cuáles son sus próximos proyectos e intereses?
Estoy abierto a otros géneros siempre y cuando lo haga con mi verdad. Me encantaría hacer una ópera siempre y cuando haya una historia que yo me crea. No sé componer de otro modo. De hecho, tengo un proyecto de ópera en mente sobre Fra Junoy, una novela de Jaume Cabré, que trata sobre un fraile organista relegado a un monasterio de clausura. Solamente falta el encargo. En cuanto a música para cine, pienso lo mismo. A veces se asocia un componente despectivo a la música para cine. Cuando compuse la música para la película Tros (2022), no quise ponerme estrictamente al servicio de la imagen, ya que eso corta demasiado las alas. Trabajé con Nuria Rial y tres voces, y la música que compuse es muy clara y austera.
El no encerrarse en un género concreto o una plantilla concreta es enriquecedor, y es importante estar abierto a todo tipo de música. Cuando trabajé en el arreglo y adaptación para coro de Me quedo contigo, que se interpretó en los Goya de 2019 con Rosalía y el Orfeó Català, lo hice sin renunciar a mi verdad (ni ella a la suya). ¿Quién me iba a decir a mí, un compositor coral, de música religiosa, etc., que compondría música para Rosalía, o Jennifer Lopez?
Parece que es muy amante de la montaña. ¿Es ahí, con la calma y los paisajes de donde extrae la inspiración para componer?
Sí, concretamente en Rupit, un pueblo del Prepirineo catalán, de poca gente. Ahí, en contacto con la naturaleza, es donde realmente compongo en el sentido estricto de la creación. En la composición y en la creación hay diferentes estados y pasos, pero para concebir el germen inicial de una obra necesito silencio, paz, y naturalmente, inspiración. Los compositores hemos de escuchar la inspiración. Luego vienen las siguientes capas, en las que se va madurando la obra, editándola, orquestándola, pero eso quizá son cuestiones más técnicas.