Historia de un desencuentro
Béla Bartók en el exilio. Xavier Güell. Ed. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2024
El relato de los últimos años de la vida del compositor húngaro Béla Bartók en Estados Unidos es la historia de un desencuentro entre un país pujante, que recibía a grandes talentos que huían de la Europa nazi y fascista, y un hombre y su esposa que no encajaron en ese mundo por varias razones.
El siempre inquieto Xavier Güell se adentra en estos últimos años americanos del musicólogo y compositor en su libro Béla Bartók en el exilio que edita Galaxia Gutenberg. Lo hace, como es habitual en él, desde una perspectiva “novelada” de los acontecimientos que no le resta rigor a lo narrado pero le da un tinte que podríamos calificar de más humano que el de una biografía al uso. Eso convierte al libro en un entretenido y a la vez interesante recorrido por la última época de la vida de uno de los compositores y músicos más importantes del siglo XX, cuya aportación también al mundo de la musicología y la investigación del folklore han sido fundamentales.
El matrimonio Bartók (Béla y su segunda esposa, Ditta, una reputada pianista) no encajó en un país en ebullición, donde la llegada de talentos de todas las artes y ciencias que huían de Europa, llenó universidades y salas de conciertos. Las barreras lingüísticas y la personalidad del compositor no ayudaron a la integración. Güell recorre el camino de los Bartók desde su llegada en 1940 al puerto de Nueva York hasta la muerte de Béla el 26 de septiembre de 1945 en la misma ciudad.
Se repasan así los distintos avatares de esos cinco años, su relación con el mundo musical nortamericano y lo difícil de introducirse en él. También el relato de sus últimas composiciones como el famoso Concierto para orquesta encargado por Serge Koussevitzki o el Concierto para piano no. 3 y su deterioro físico debido a la leucemia que le llevaría a la muerte. Pero no se obvian detalles más personales como la relación de la pareja, enfrentada en varias ocasiones por la diferencia de edad y el difícil, como ya se ha señalado, carácter de Bartók o el recordatorio de las dificultades económicas que caracterizaron casi todo este periodo americano.
Resulta necesario recalcar también los textos que ha introducido Güell al principio de cada capítulo y que son la contextualización del momento que se narra posteriormente, a través unas líneas sobre cómo se estaban desarrollando los acontecimientos en Europa y en el mundo mientras Bartók estaba En EE.UU, como por ejemplo la situación en Hungría, con el protagonismo del dirigente pronazi Miklós Horthy, o los distintos avatares de políticos y bélicos de la II Guerra Mundial.
Este es un libro en cierta manera reivindicativo de la figura de Bartók, que aún siendo un conocido compositor no tiene el predicamento de otros músicos contemporáneos suyos y resulta muy recomendable porque nos da una imagen muy creíble de que no todo fue maravilloso en América para los hombres y mujeres que huían del horror del Nazismo y de la guerra.