Il signore Bomboniere
Salieri, el hombre que no mató a Mozart. Ernesto Monsalve. Ediciones Rialp. Madrid, 2024.
Poco tiene que ver el título de esta reseña con la esencia del libro que comentamos hoy. Es un apodo que se atribuye a Wolfgang Amadeus Mozart para referirse a la afición desmedida por los dulces de Antonio Salieri, compositor al que un bulo (mal del que adolece la humanidad casi desde el principio de los tiempos) muy extendido implica en la prematura muerte del maestro salzburgués. La presunta víctima bromeando sobre el presunto asesino. Y es que Salieri, desgraciadamente, es un nombre que suena a muchos aficionados solo por esta extendida suposición que surgió como rumor ya entre los propios contemporáneos del suceso.
Ahora, la primera biografía completa de Salieri en español y que firma Ernesto Monsalve en la editorial Rialp, intenta con éxito desmontar esta historia tan extendida. Pero solo es una anécdota de este extenso trabajo que intenta acercar al público a uno de los compositores más importantes del clasicismo vienés, profesor de figuras tan destacadas como Beethoven o Schubert. Este año se cumple el segundo centenario de su muerte y este manual nos recuerda que el italiano fue una pieza fundamental en el dominio musical italiano en la corte de los Habsburgo entre 1867 y 1824, ostentando los cargos más importantes de la Corte Imperial.
El repaso a la vida y obra de Salieri por parte del autor es exhaustivo y mezcla la erudición que proporciona el manejar una extensa bibliografía con una narración amena que se aleja de lo académico sin perder rigurosidad. Además, cada capítulo, de los que repasaremos brevemente algunos, viene precedido de una propuesta de audición de alguna de las grabaciones de la extensa producción del compositor. Y es que el prolijo texto, de un poco más de cuatrocientas páginas, está lleno de momentos de gran interés que no solo afectan a Salieri sino también a sus contemporáneos.
Volviendo a la famosa historia de la muerte de Mozart, en el capítulo dedicado a este suceso aparecen figuras como Wagner o Rossini y sobre todo testimonios de Constanze, la mujer de Mozart, de cómo fueron los últimos días del genial compositor. Desde el primer momento hubo rumores, como ya dijimos, de la intervención de Salieri en su muerte pero las diversas investigaciones posteriores y, en aquellos momentos la propia Constanze, desmintieron esta intervención. Salieri no nos parecerá tan genial ahora pero en esos momentos tenía tanta o más fama que Mozart, no necesitaba eliminar a ningún rival. Aunque como conservador de la esencia más tradicional de la ópera italiana heredada del barroco las nuevas ideas de Mozart no le gustaran, eso no significa que no valorara su genialidad.
Otra de las facetas menos conocida de nuestro protagonista es su labor como profesor, intensificada después de su retirada de la composición para los escenarios. Fue fundador de la Sociedad de Amigos de la Música, que años más tarde construiría la Musikverein, la famosísima sala de conciertos vienesa. También, en 1817, creó el Conservatorio y la Escuela de Canto de Viena. En esta parte Monsalve repasa su trabajo con dos de sus más famosos alumnos y la influencia que Salieri tuvo en la formación de un ya bastante curtido Ludwig van Beethoven y, sobre todo, de un joven Franz Peter Schubert, figuras ambas fundamentales en la historia de la música.
Podríamos alargar este repaso si dispusieramos de más espacio y tiempo. Pero animo a los interesados en conocer una figura que fue admirada y encumbrada en su tiempo por su buen trabajo musical y que tanta influencia ha tenido, aunque muchos no lo hayamos sabido hasta después de leer el libro, en la música italiana posterior. Salieri se merece este homenaje en español.