Pintores y músicos
El país fértil, Paul Klee. Pierre Boulez. Acantilado. Barcelona, 2024.
Pinto un paisaje como la visión que se tiene desde lo alto de las montañas del Valle de los Reyes hacia la tierra fértil. La polifonía entre el fondo y la atmósfera se mantiene lo más tenue posible.
Paul Klee
Celebramos este año el centenario de Pierre Boulez (1925-2016). El compositor y director de música francés también tiene una faceta menos conocida pero no menos importante, la de ensayista. Acantilado nos presenta uno de sus trabajos dedicado al pintor Paul Klee en una excelente traducción del también compositor y director José María Sánchez-Verdú. Es un libro breve pero con interesantes reflexiones sobre la relación entre música y pintura y, sobre todo, sobre cómo Boulez se vio hechizado por el pintor suizo. El gran acierto de la edición de Acantilado es el anexo que acompaña el texto. Los cuadros o las partituras a los que hace referencia el autor aparecen reproducidos a todo color en sesenta y tres láminas que nos hacen entender con mucha más facilidad las reflexiones del centenario compositor.
Klee no era un gran aficionado a la música clásica de su época aunque, lógicamente, la conocía. Sus inspiradores fueron, especialmente, Bach y Mozart y mostraba un constatable rechazo a la música romántica. Boulez aprovecha la narración de las relaciones entre la pintura del suizo y ciertas piezas para también hacer sus propias reflexiones sobre la relación que existe entre dos lenguajes tan distintos pero a la vez tan interconectados como los de la música y la pintura. Un ejemplo que utiliza es la relación entre las enseñanzas sobre la faceta pedagógica de Klee (que dio clases en la Bauhaus) con la música de Alban Berg y especialmente con algunas escenas de su obra maestra, la ópera Wozzeck. Boulez interpreta que la música de Berg sigue, entiende o se relaciona con los conceptos imaginativos de Klee y su plasmación plástica.
Este entretenido y revelador opúsculo nos permite conocer algunas de las ideas que Boulez plasmó en sus obra, su admiración por Klee, cuya trayectoria y pensamiento le descubren muchas similitudes entre las dos artes y cómo se relacionaron en el fructífero y muy heterodoxo mundo de la creación del siglo XX.