Emiliano Suárez, Pancho Corujo y Miquel Ortega

Garage Lola presenta su primer Opera Studio en torno a La bohème

El Opera Studio de Garaje Lola ha concluido con éxito su primera edición de las tres que ha programado Emiliano Suarez en colaboración con Mahou 5 Estrellas. Durante cinco jornadas de trabajo un grupo de cuatro jóvenes cantantes, debutantes en sus respectivos roles protagonistas, han recibido una intensa formación musical, vocal y escénica que ha concluido con una representación de La Bohème. 

Esta iniciativa puesta en marcha por Emiliano Suárez y Macarena Bergareche quiere poner en valor jóvenes talentos emergentes que tengan la posibilidad de formar parte del ensamble de Opera Garage. “La idea de dar forma a este Opera Studio -cuenta el propio Emiliano Suárez- surge durante el proceso creativo para dar forma a los contenidos de la temporada 24/25 de Garage Lola. Yo quería poner en conexión mis dos proyectos artísticos, Opera Garage, la productora que comparto con mi socia Macarena Bergareche y mi contenedor creativo en el barrio de Tetuán”.

El reto era dar cabida a esa ambición en un espacio de dimensiones limitadas. “Montar en Garaje Lola una Bohème como la que hacemos con Opera Garaje era complicado. Es un espacio reducido y trabajamos con un presupuesto limitado. Por eso quisimos darle la vuelta a la propuesta y hacer de esa representación de Bohème un primer Opera Studio. La idea es que esto tenga recorrido y continuidad”, explica Emiliano.

Así, Espacio Garaje Lola y Opera Garage se propusieron asumir el coste de este proyecto para que los jóvenes cantantes que han participado no tuvieran que asumir ninguna inversión. En palabras de Suárez: “Hemos querido plantear el Opera Studio como un proyecto riguroso y altruista, que tuviera atractivo artístico para los cantantes y se sintieran a gusto en el garaje”, subraya Emiliano.

Eduardo Pomares (Rodolfo) y Nerea González (Mimì)

Para dar forma al proyecto, Suárez tuvo claro que quería contar con dos personas, el director, pianista y compositor Miquel Ortega y el tenor y gestor cultural Pancho Corujo, con quienes viene colaborando habitualmente en otras iniciativas y proyectos. “Son dos personas a las que admiro y respeto profundamente, y además son grandes amigos. Para mí siempre es un valor añadido rodearme de gente buena y fiable”, apunta Emiliano. Y “Miquel Ortega es alguien ideal para un proyecto así. Ha sido durante muchos años maestro repetidor, sabe en qué consiste montar una ópera y tiene un bagaje enorme como repertorista y experto musical. Es un artista muy sólido, respetado y muy interpretado como compositor”, añade Emiliano. 

El propio Miquel Ortega valora la importancia de iniciativas como esta: “Los jóvenes cantantes buscan oportunidades, quizá hoy más que nunca, y esa eclosión de talento necesita que se propicien iniciativas donde puedan ser escuchados y mejorar su formación. Las oportunidades para los jóvenes cantantes, y sobre todo para los nacidos en nuestro país, deberían ser algo imperativo para los teatros en España. Ayudaría mucho también dar forma a compañías más o menos estables en las que esos jóvenes talentos puedan desarrollarse”, subraya.

Un punto de vista que comparte Pancho Corujo, desde su propia experiencia personal: “Después del Concurso Viñas empecé a cantar mucho, por todo el mundo, y uno de los déficits que yo tenía era sin duda la parte escénica. Yo llevaba cantando toda la vida, me sabía plantar en un escenario, pero a nivel escénico, interpretando a un determinado personaje no tenía tantos recursos. Yo era entonces muy joven y me vi trabajando con directores de escena de mucho renombre. Yo no estaba preparado para eso. Las cosas han cambiado y la generación que está ahora a las puertas de empezar una carrera profesional está mucho mejor preparada, afortunadamente. Pero sigue faltando experiencia en escena y por eso mismo quisimos ofrecer este taller de ópera, con la idea de que se pudieran llevar una idea lo más cercana posible a lo que sería representar La Bohème en un teatro convencional. Emiliano se ha ganado el respeto de muchos grandes nombres del panorama lirico y es bueno que también de oportunidades a jóvenes sin ninguna experiencia escénica”. 

Eduardo Pomares (Rodolfo) y Enrique Torres (Marcello)

Respecto a Corujo, Emiliano Suárez apunta que “es una persona que siempre suma, crea un entorno de trabajo fácil, simpático y honesto. Pancho es mucho más que un tenor, es un intelectual, alguien de musicalidad innata y sensibilidad extraordinaria”. Pancho Corujo se ocupó de la parte artística, seleccionando a los cantantes que han entrado a formar parte de este proyecto. Él mismo nos cuenta cómo fue el proceso: “Emiliano me explicó lo que quería: llevar el formato de Ópera Garage al espacio de Garaje Lola y hacerlo con cantantes jóvenes. Esto iba a permitir que esos intérpretes montasen un rol en unas condiciones ideales. Yo me ocupé de seleccionar a los cuatro jóvenes participantes. Buscamos perfiles con carreras incipientes, casi a punto de dar el paso hacia el mundo profesional. El nivel ha sido excelente. Los elegidos han sido Eduardo Pomares como Rodolfo, Nerea González como Mimi, Raquel del Pino como Musetta y Enrique Torres como Marcello”.

“Me quedo con la enorme calidad vocal de Nerea, la madurez y el canto exquisito de Eduardo, el desparpajo de Raquel y la sobriedad de Enrique”, nos comenta Emiliano. Como apunta Miquel Ortega, fue determinante contar con solistas que tuvieran un mínimo de experiencia, aunque se encuentren aún en un momento incipiente de sus carreras profesionales: “En este tipo de iniciativas intentamos contar con cantantes jóvenes, pero con un mínimo bagaje en materia de técnica vocal y conocimientos musicales. La idea del Opera Studio es trabajar algunas cosas que normalmente no se pueden trabajar en un ensayo convencional. Pequeños detalles y matices que quizá no se pueden atender en un proceso de ensayo al uso”.

Raquel del Pino

El propio Pancho Corujo resalta la experiencia que Miquel Ortega ha aportado a este primer Opera Studio en Espacio Garaje Lola: “Miquel Ortega es alguien con una experiencia teatral enorme. Miquel es un maestro a la antigua, con un conocimiento profundo de las obras, con una honda experiencia trabajando con cantantes muy diversos. Los concursos y los conciertos están muy bien, pero a la hora de la verdad no hay nada como subirse a un escenario para encarnar a un personaje. Y para eso hace falta tener la mayor cantidad posible de recursos y experiencias”.

El proceso de trabajo ha sido conjunto e intensivo, siempre con la idea de que los participantes salieran con un rol preparado, listo para cantarlo en condiciones profesionales: “En este proyecto hemos primado la música por encima de todo -apunta Emiliano-. Se trataba de que cualquiera de los cuatro cantantes pudiera hacer el rol el día de mañana allá donde les surja la posibilidad de hacerlo”. En palabras del propio Suárez, “Miquel Ortega y Pancho Corujo han hecho un gran tándem sobre la parte musical a la hora de preparar un rol, atendiendo a miles de detalles musicales. Mi labor en cambio ha sido la de dar forma a la parte escénica y actoral en el proceso creativo. Eso, por supuesto, junto con el hecho mismo de producir el Opera Studio y darle forma, aportando ideas nuevas para que no fuera un taller al uso”, apunta.

OperaStudio_GarageLola_24_b.jpegNerea González (Mimì)

El reto escénico ha sido importante, precisamente por las especiales condiciones de Garage Lola y por el apretado calendario de trabajo. Por otro lado, como apunta Emiliano Suárez, “cada intérprete es un mundo y hay quienes ya traen consigo cierto desarrollo natural de la parte escénica. En cambio, en otros hay que trabajarlo todo casi desde cero. Pero se trata de eso, de lograr que construyan un personaje sea cual sea su punto de partida. Yo propongo empezar desde una determinada lectura del personaje y el trabajo que hemos hecho ha sido el de acompañarlos hasta hacerlo suyo, tanto en lo vocal como en lo escénico”.

El balance no ha podido ser más satisfactorio, hasta tal punto que Emiliano Suárez se plantea repetir la experiencia en el futuro, con la idea de vehiculares iniciativas que permitan el desarrollo de más jóvenes talentos: “Desde el principio quise plantear este Opera Studio como un trabajo riguroso, serio y bien planificado. Pequeño, de dimensiones limitadas, pero bien hecho y con el compromiso real de tres profesionales entregados a dar lo mejor de sí en la formación. En algunos de los participantes en el Opera Studio ha habido toda una transformación, se han liberado y han dejado atrás ciertos miedos y ataduras. Mi pretensión es que esta experiencia tenga continuidad y que Opera Garaje no se fundamente así únicamente de cantantes consolidados y con proyección contrastada. Me gustaría ir dando forma a espectáculos que tengan sentido precisamente con cantantes emergentes, con gente a la que podamos acompañar desde abajo en su acercamiento a la lírica profesional. El año que viene me gustaría repetir la experiencia con más tiempo y con más medios… y será con la ópera Lucia di Lammermoor”, señala Emiliano.

OperaStudio_GarageLola_24_a.jpegNerea González (Mimì) y Enrique Torres (Marcello)