Emiliano Suárez: “Don Pasquale tiene un trasfondo patético y cruel que me interesa mucho”
Hace ya un tiempo que Emiliano Suárez dejó de ser el advenedizo que algunos vieron en él cuando irrumpió en el mundo de la ópera. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, se ha labrado una trayectoria con nombre propio, primero gestando una fórmula de éxito como Ópera Garage, junto a Macarena Bergareche, y después desarrollando su propio espacio creativo en Madrid, el Espacio Garage Lola, donde la lírica ha tenido siempre un protagonismo preeminente. Enmarcado en esa trayectoria ascendente llega ahora el debut de Emiliano Suárez como director de escena al frente de una nueva producción de un título de ópera, Don Pasquale de Donizetti, abriendo además la temporada de una entidad con la solera de ABAO. Para conocer más de cerca lo que nos espera en el Palacio Euskalduna a partir del próximo 19 de octubre, conversamos de nuevo con Emiliano Suárez, meses después de nuestra charla del pasado mes de enero.
ABAO ha seguido muy de cerca todos mis proyectos, hemos colaborado y tenemos una relación de confianza y amistad desde hace muchos años. Cesidio Niño, el responsable artístico de la entidad, era planamente consciente de que mi deseo era dirigir en Bilbao y esperó a que llegara el momento ideal para ofrecerme esta oportunidad. Cesidio ha seguido mi evolución artística y después de varias reuniones tomó la decisión de hacerme el encargo de un nuevo Don Pasquale. Supongo que es una apuesta con vistas al futuro: “el que pega primero pega dos veces”.
¿Por qué Don Pasquale?
La realidad es que el motivo lo desconozco, no he preguntado. Pero cuando pasa el tren hay que agarrarlo. Conociendo a Cesidio, supongo que consideró que era un titulo que a priori podía resultar menos expuesto que algunos otros que podrían tener mayor complicación. Él quiere lo mejor para mi y tal vez una comedia le pareció un buen punto de partida
¿Le parece entonces que Don Pasquale es un título, digamos, más cómodo de afrontar para un director de escena?
No, no lo creo, el humor es algo muy serio y no es fácil construir algo solido a partir de un libreto enredado, audaz y detallista. Una comedia se puede poner en escena desde un punto de partida sencillo y actual, pero necesita una revisión acertada para presentar algo verdaderamente sugestivo. Decía Groucho Marx que “no reírse de nada es de tontos y que reírse de todo es de estúpidos”. He trabajado muchas más horas de las que tenía previstas para este proyecto; conseguir impacto dramático y escénico con una opera bufa es todo un reto.
"CONSEGUIR IMPACTO DRAMÁTICO Y ESCÉNICO CON UNA ÓPERA BUFA ES TODO UN RETO"
Todo comienza cuando le cuento a Alfons que tenemos que construir el proyecto a partir de una caja de pizza. Este es el punto de partida de nuestro Don Pasquale. La ópera, en la tradición de la ópera bufa, está inspirada en la Commedia dell´Arte. La herencia de Pantaleón, Pierrot, Scapino y Colombina es una inspiración directa para los protagonistas de Donizetti. A su vez, yo he decidido construir esos personajes a partir de películas de artistas sagrados como Jacques Tati, Billy Wilder o Woody Allen. Tenía claro que el cine era mi mejor archivo creativo para dar vida a Don Pasquale, Malatesta, Norina y Ernesto.
Lo más complicado es la contención. La geometría del humor. El orden como norma básica de un tipo de comedia y como método de trabajo. En nuestra propuesta Don Pasquale es el tradicional y pintoresco dueño de una pizzería que lleva su nombre. Una caja de pizza es el contenedor de mi particular “cajón de sastre”, diverso y fascinante. Una pizzería es folclore, un punto de encuentro que admite intrigas atemporales. Sigo en la búsqueda de historias de nuestros días. Don Pasquale habla de temas vigentes y tiene un trasfondo patético y cruel que me interesa mucho.
El reparto como tal depende de la dirección artística de ABAO. Pero ha sido muy sencillo adaptarme y plegar mis ideas a estos dos magníficos elencos. Estoy acostumbrado a trabajar con doble reparto y siempre me ha parecido enriquecedor. Es sorprendente observar la evolución de cada artista desde un mismo punto de partida. Cada uno acaba haciendo suyo el rol de diferente forma llegando a un objetivo común. Los pies, las marcas, las notas, la dirección de actores, el vestuario… todo es igual pero distinto, llegamos a caminos convergentes. El futuro pasa por artistas totales. El cantante de ópera que solo cante, está muerto. Y yo tengo a unas fieras escénicas de primer orden.
"EL FUTURO PASA POR ARTISTAS TOTALES. EL CANTANTE DE ÓPERA QUE SOLO CANTE, ESTÁ MUERTO"
¿Qué otros proyectos a la vista nos puede comentar, en qué está trabajando para después de este Don Pasquale?
Tengo dos encargos en marcha, dos nuevas producciones. La primera de ellas es un espectáculo lirico de alto voltaje que estoy creando con Ana Garay para Ángeles Blancas y el segundo es un título de Janácek, en un teatro español. Hasta aquí le puedo contar.
Por otro lado continúa la gira de Ópera Garage y volvemos pronto a Bilbao con nuestra producción de Tosca. Con Ópera Garage tenemos completo el calendario 24/25: haremos temporada en Madrid y siete ciudades más.
Además, el 30 de octubre produzco para Garaje Lola un espectáculo con mis amigos Marilia Andrés y Andrés Suarez. Ya está todo vendido.
Y en diciembre haremos el primer 'Opera Studio Garaje Lola' bajo la dirección artística de Pancho Corujo y con la dirección musical de Miquel Ortega. Vamos en busca de nuevos talentos porque vamos a crecer mucho en los próximos años y hacen falta nuevas caras.
Fotos: © E. Moreno Esquibel