collage_directoras_opinion.jpg

Ellas, por fin

La opinión del director 

No hace tanto tiempo hubiera sido inimaginable que se concatenasen en Madrid tres conciertos con tres mujeres directoras de orquesta. Pero tal cosa se va a precipitar este domingo y mañana lunes, con el último concierto de Simone Young al frente de la Orquesta y Coro Nacionales de España, por un lado; con la visita después de la Philharmonia Orchestra de Londres en manos de Marin Alsop, por otro; y finalmente con el siguiente concierto de la Orquesta de la Comunidad de Madrid y su nueva batuta titular, Alondra de la Parra.
 
El camino por andar es aún mucho, qué duda cabe, pero las cosas están cambiando y, por una vez en la vida, puede decirse que para bien. Young, Alsop y De la Parra son tres batutas de renombre internacional, cada una en su estilo y en su momento profesional; y quizá por ello no nos soprenda tanto su presencia concatenada en la agenda madrileña durante estos días. 
 
Pero lo significativo es que muy recientemente, en esta España nuestra que no deja de sorprendernos cada mañana, se han concatenado también varias mujeres directoras al frente de los conciertos de Año Nuevo, en varias de nuestras orquestas: Irene Delgado-Jménez con la ROSS, Julia Cruz con la Orquesta de Extremadura, Isabel Rubio con la Sinfónica del Vallés, Lara Diloy en el Real Teatro del Retiro…  Incluso la Fundación Barenboim-Said contó con una directora de prestigio, Oksana Lyniv, para su concierto de finales de diciembre.
 
Cuando se habla de la normalización imagino que se habla de esto, de un momento en la historia reciente de nuestra música clásica en el que la presencia de mujeres es en los podios de las orquestas deja de ser una noticia extraordinaria para convertirse en una realidad ordinaria.
 
De las directoras citadas hay dos que han hecho un trabajo de fondo de valía incalculable para que las más jóvenes puedan hoy emprender su camino sin tantas barreras. Me refiero, por supuesto, a Marin Alsop y a Simone Young, quienes empezaron su andadura en un mundo, allá por los años ochenta, donde nadie visualizaba siquiera la idea de que una mujer pudiera empuñar una batuta. El valor de Alondra de la Parra es también muy significativo, pues no deja de ser una mujer latina adentrándose en un universo donde el arquetipo, durante décadas, fue del del varón blanco occidental.
 
Sirvan estas líneas para celebrar el cambio y para seguir reclamando el esfuerzo colectivo que la igualdad en estas lides aún requiere. Cada vez son más las mujeres en puestos de gestión en nuestras orquestas y teatros y cada vez son más las directoras -de orquesta y de escena- con agendas importantes. Ojalá pronto veamos más mujeres capitaneando formaciones y entidades, en puestos de liderazgo desde los que poder precipitar aún más esta inercia. El día que una mujer dirija en Viena el Concierto de Año Nuevo se habrá conquistado el Everest.
 
Fotos: Simone Young: © Sandra Steh; Marin Alsop: © Nancy Norowitz; Oksana Lyniv: © Oleh Pavlyuchenkova; Alondra de la Parra: © Peter Rigaud; Lara Diloy: © Gemma Escribano; Isabel Rubio: © Gemma Escribano; Irene Delgado-Jiménez: © Eulàlia Prat; Julia Cruz: © El Claroscuro