Un trovador de voces
Málaga. 29/05/2022. Teatro Cervantes. Verdi: Il trovatore. Jorge de León (Manrico). Juan Jesús Rodríguez (Conde de Luna). Rocío Ignacio (Leonora). Carmen Topciu (Azucena). Orquesta Filarmónica de Málaga. Coro de Ópera de Málaga. Carlos Aragón, dirección musical. Arnaud Bernard, dirección de escena.
El Teatro Cervantes de Málaga ha puesto el broche a su breve temporada lírica con dos representaciones de Il trovatore de Giuseppe Verdi. Para la ocasión se ha recurrido a una producción de Arnaud Bernard, estrenada en Zagreb, y que resulta ser un auténtico dislate.
Bernard desaprovecha una buena idea, la de trasladar la acción del drama de Garcia Gutierrez a las coordenadas de la Guerra de la Independencia española. Y digo que es un dislate porque en el transcurso de la representación se acumulan una sucesión de absurdos difíciles de superar.
Así las cosas, la responsabilidad de llevar adelante la función recayó a hombros de los cantantes. Hace ahora exactamente diez años pude escuchar a Jorge de Leon cantar su primer Manrico en Valencia, en Les Arts, a las órdenes de Zubin Mehta. Su voz desde entonces ha evolucionado, ganando sobre todo en solvencia, seguridad y homogeneidad. El tenor canario lució en Malaga un instrumento poderoso y pletórico, capaz de imponerse con insultante soltura en los concertantes.
Con esos medios, De León acierta a resaltar la vis más dramática del personaje de Manrico, sin renunciar a frasear en los momentos más líricos, como el consabido 'Ah si ben mio' o el hermoso duetto final, donde el canario dejó algunas de sus mejores frases con 'Ed io quest'angelo osava maledir'. Sin duda, el tenor isleño está en plena disposición para abordar su próximo debut como Don Álvaro en La forza del destino, el próximo mes de marzo en Berlín.
Como Conde de Luna, en lugar del malagueño Carlos Álvarez, pudimos disfrutar de la voz de otro gran barítono español, Juan Jesús Rodríguez. Su actuación fue espléndida, resolviendo la intrincada tesitura de papel con un aplomo apabullante. Luna es, a buen seguro, el papel que Rodríguez más ha interpretado a lo largo de su carrera junto con Rigoletto y no en vano resultó palpalbe su familiaridad con cada rincón de la partitura. Como cabía esperar, su interpretación de 'Il balen del suo sorriso' fue extraordinaria, de un buen gusto manifiesto en el fraseo y de una autoridad vocal arrolladora.
Tras atravesar un proceso vírico que la mantuvo alejada de la producción hasta la noche misma del estreno, Rocío Ignacio sacó adelante la parte de Leonora con arrojo, aunque su voz se advertía algo destemplada, especialmente en el centro y en el grave. Sin embargo, la intérprete se impuso a su propia circunstancia vocal y dejó un buen sabor de boca, sobre todo fraseando con gusto las páginas más líricas del rol.
En la parte de Azucena, la mezzosoprano Carmen Topciu lució una voz poderosa y sonora. Un tanto envarada como intérprete, fue no obstante una gitana intensa y bien compuesta, más allá de algún ascenso destemplado a la franja aguda de su instrumento. En todo caso, una voz a considerar. Con un material un tanto opaco, José Antonio García brindo un Ferrando más bien monocorde, aunque esforzado. Del resto de las voces, entre los comprimarios, destacaría el buen material expuesto por Daniel Romero de la Rocha como Ruiz.