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Airam Hernández: "Donizetti regaló a Leicester pasajes de gran belleza belcantista"

El tenor canario Airam Hernández regresa al Teatro Real de Madrid para su debut como Leicester en María Stuarda, antes de afrontar otros nuevos roles como Carlo VII de la Giovanna d´Arco de Verdi, en Tenerife, o el Erik de El holandés errante de Wagner, en Toulouse. En ocasión de esta intensa temporada para el intérprete, conversamos con él para conocer más de cerca su acercamiento al rol de Leicester y sus próximos proyectos.

Este mes de diciembre será Leicester en la producción de Maria Stuarda de Donizetti que escenifica el Teatro Real de Madrid. Se trata de su primera vez con este rol. ¿En qué se diferencia de otros roles de Donizetti que haya cantado? El de Leicester tiene fama de ser un rol ingrato y difícil. ¿Está de acuerdo? ¿Qué opina del papel y de su escritura?

Efectivamente, es la primera vez que interpreto este rol y, como viene siendo habitual en mi método de trabajo, ha habido una investigación previa, tanto de la historia real, como del libreto de Bardari, de la obra teatral Maria Stuart de Schillery de los grandes referentes que han interpretado esta maravillosa ópera de Donizetti. Posteriormente, he trabajado sobre la partitura con Mariella Devia, sin duda una de las grandes intérpretes de Stuarda.

Tras este trabajo, y después de todo este periodo de ensayos, aunque no comparta totalmente la opinión, puedo llegar a entender el por qué muchos consideran que es un rol ingrato de interpretar: no tiene aria, aunque sí tiene gran presencia vocal y escénica; el rol está compuesto en gran medida en tesitura aguda y plagado de pasajes en los que el tenor debe establecer su centro en el cambio de registro, lo cual para un tenor lírico de hoy en díarequiere un esfuerzo extra, ya que en tiempos de Donizetti, esto solía solventarse haciendo uso del falsettone (sin mencionar que los estándares de la afinación han cambiado).

Pero lo que realmente hace que la interpretación de este rol sea un tour de force es la distribución de sus intervenciones, sobre todo en el primer acto. El dúo con Talbot y el dúo con Elisabetta seguidos, descanso de unos seis minutos, para continuar con el dúo con Maria y el finale primo concatenados. Es sin duda un trabajo de resistencia tremendo. Afortunadamente, en el segundo acto las intervenciones están mejor distribuidas, aunque no exentas de dificultades. Dicho esto, creo que el rol tiene suficiente empaque y personalidad como para que sea atractivo de interpretar. 

Uno de sus últimos éxitos ha sido Pollione de Norma, de Bellini, que ha cantado en teatros de Francia, Italia y en el Liceu de Barcelona. A nivel técnico e interpretativo ¿Qué diferencia el bel canto belliniano del donizettiano?

El bel canto belliniano y el donizettiano son mundos distintos, aunque comparten una base melódica exquisita. Bellini es el maestro del legato y la línea infinita. En Pollione, por ejemplo, el desafío técnico reside en mantener la nobleza y fluidez del fraseo, especialmente en momentos como Meco all’altar di Venere, donde la música exige un control absoluto del fiato para sostener las largas frases. La orquestación suele ser más discreta, poniendo el foco totalmente en la línea de canto.

Por otro lado, Donizetti destaca por imprimir un color más teatral y ornamentado. Esto te permite como intérprete jugar mucho más a nivel actoral. Este contraste entre estos compositores lo he observado en la mayoría de los personajes belcantistas que he tenido el privilegio de estudiar. Bellini tiende a la introspección melódica, mientras que Donizetti explora con más intensidad el drama y la teatralidad, usando los pasajes de coloratura como máxima expresión de los diferentes estados anímicos que atraviesa el personaje.

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¿Cómo está siendo el trabajo en los ensayos de esta nueva producción en el Teatro Real tanto a nivel escénico como musical con el maestro Pérez-Sierra?

Es la primera vez que trabajo con el maestro Pérez-Sierra y he de decir que ha sido todo un descubrimiento. Lo había visto dirigir, pero no había tenido el placer de trabajar directamente con él. Para mí es muy importante que el maestro con el que trabajo tenga muy claro qué quiere conseguir de los intérpretes, pero lo es mucho más la manera de transmitirlo y la flexibilidad para entender las individualidades y particularidades artísticas de cada uno. Esto es lo que he recibido del maestro y es de agradecer, sobre todo para una persona que está debutando un rol.

Con David McVicar ha sucedido algo muy especial en esta producción. Es muy fácil relegar a un segundo plano el personaje de Leicester, simplemente manteniendo el discurso del típico enamorado de la época, cuyo único objetivo en la trama es salvar a la mujer amada de la tragedia. David ha propuesto eliminar esa visión romántica, modificando levemente sus motivaciones y sus metas: el salvar a Maria es parte de su plan para casarse con ella y conseguir su objetivo real, que es el ser coronado Rey.

Este ligero cambio en sus motivaciones permite ampliar los registros del personaje, imprimiendo un carácter sibilino, con aristas y mucho más interesante para la trama. Siendo que estamos ante una relación ficticia entre estos personajes reales, veo en estas licencias que ha tomado McVicar una manera de enriquecer aún más la trama, sin que esto cambie sustancialmente el argumento. Estoy encantado de haber trabajado con estos dos grandes artistas.

Sus próximos compromisos incluyen roles como Carlo VII de la Giovanna d´Arco de Verdi, en Tenerife, o el Erik de El holandés errante de Wagner, en Toulouse. ¿Cómo diría que está evolucionando su voz en estos últimos años? Ambos roles dibujan un horizonte bastante claro.

A lo largo de los años mi voz ha evolucionado mucho. Comencé como tenor ligero, con gran facilidad para el sobreagudo y la coloratura. Esto me permitía abordar repertorio barroco con pasajes de gran agilidad, así como el repertorio clásico y belcantista propio de tenor ligero. En los últimos diez años he ganado cuerpo y cierto metal en el registro central y agudo, lo que me ha permitido ser mucho más versátil a la hora de escoger repertorio. Si tuviera que definir mi voz actualmente diría que es la de un tenor lírico coloratura. Esto explica el por qué hace unos meses pudiera afrontar Pollione de Norma, que ahora esté debutando Leicester y que en breve vaya a debutar Carlo VII y Erik. De todos modos, suelo ser bastante prudente a la hora de aceptar propuestas para debutar nuevos roles. Me gusta tomar un poco de tiempo para investigar antes de tomar una decisión. Dicho esto, si algún rol que decido debutar no funciona en el momento, no tengo problema alguno en apartarlo de mi repertorio temporal o definitivamente.

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Junto con Mozart, en su amplio y variado repertorio, el belcanto está siendo una suerte de centro de gravedad, un lugar de referencia al que volver y desde el que desarrollar el resto de estilos y autores. ¿Hacía dónde mira ahora su agenda? ¿Qué planes tiene para el futuro más inmediato, en términos de autores y títulos?

Seguiré ampliando repertorio, en este caso, haciendo incursión en el repertorio wagneriano con Erik y con otros tres roles, de los que espero poder hablar en la medida en que sean publicados en las temporadas correspondientes. Recientemente he recibido propuestas para debutar Don José y Romeo, dos roles que me hace especial ilusión debutar, así como varias propuestas que aún están por confirmar y que incluirían repertorio mozartiano y bel canto. Por otro lado, seguirá habiendo repertorio contemporáneo, sinfónico y recitales de Lied en mi agenda.

Suele prestar siempre atención a la zarzuela en sus recitales y conciertos. Y sin embargo creo que todavía no ha debutado con un título escenificado en el Teatro de la Zarzuela, ¿hay al menos conversaciones para que esto se produzca?

Me encanta el repertorio español y sí, siempre que tengo ocasión, lo incluyo en mis recitales y galas líricas. Hace unos años recibí varias propuestas para debutar en el Teatro de la Zarzuela, pero lamentablemente no encajaron en mi agenda, por cuestiones de disponibilidad. Para la próxima temporada hubo una nueva propuesta que, lamentablemente tuve que rechazar, siempre por problemas de fechas. Por mi parte, siempre estaré abierto a proyectos interesantes venidos del Teatro de la Zarzuela. Estoy seguro de que tarde o temprano conseguiremos que cuadre y que pueda debutar en un teatro tan emblemático e importante de nuestro país.

Y en cuanto al repertorio sinfónico, oratorio y Lied siempre muy presente en su agenda, ¿Qué obras y de qué autores le gustaría interpretar en el futuro?

Hay muchísimo repertorio de sinfónico y oratorio que me encantaría hacer. De las que ya he hecho, repetiría cada año el Requiem de Verdi, Das Lied von der ErdeMissa Solemnis y Christus am Ölbergue de Beethoven. Pronto podré debutar L'enfant Prodigue de Debussy y La vida breve de Falla. Y me encantaría cantar la Octava Sinfonía de Mahler, el War Requiem de Britten y el Te Deum de Bruckner. Con respecto al Lied, espero tener la ocasión de poder interpretar Die Winterreise de Schubert y Les Calligrammes de Poulenc, entre muchos otros ciclos. Es un repertorio que conecta muchísimo conmigo y que no me cansaría jamás de interpretar.